A lo largo del Taller, los participantes han escrito sus propios textos basados en las fórmulas métricas de la poesía del Siglo de Oro, tanto para aprender esas formas y ritmos de manera práctica, como para explorar las motivaciones y subtextos de sus personajes desde la escritura.
¿Qué poemas escribirían a solas don Juan, Sganarelle, doña Inés... y el resto de personajes del mito? Sonetos, décimas, liras... Aquí ofrecemos una antología de esos poemas.
POEMAS DE BRÍGIDA
Arantxa de Sarabia
Aniversario
Masa tierna en tus manos fue mi piel,
cálida cual hogaza en tu tahona;
tan ebrio de ilusión y belladona
que en mis labios bebiste hiel por miel.
Dulce y dócil esposa, madre fiel;
reina en tu hogar, de hojaldre mi corona;
caza menor para hambre de leona,
y tu fe y tu promesa burlé cruel.
Tu veneno: la infamia y la traición
tu verdugo: el dolor y el desengaño;
la Vestal no era tal, sino escorpión.
Más este día de mayo cada año
celebro tu torpeza y devoción,
y casi hasta lamento tan gran daño.
Aquelarre
Encinas viejas y mudas
son cómplices vigilantes
de una danza de bacantes,
ramo de fieras desnudas.
Anudan sus carnes crudas
e invocan al Dios Astado
libando el fruto rosado;
olor a almizcle y sudor,
a mar y sangre el sabor,
dolor y placer mezclado.
Una ninfa en el altar.
Sus muslos y cabellera
mármol níveo, ardiente hoguera;
disputa por devorar,
degustar en sus rincones
y en la fuente de su ombligo
mandrágora, fresa e higo,
nidos de alucinaciones.
Coro de risas y llantos,
laberinto de sonidos,
blasfemias, gritos, gruñidos,
conjuros, oscuros cantos...
Temblor. Éxtasis. Gemidos...
.....
Flores negras por el suelo
dormitan sobre su pelo;
el bosque, exhausto, ya calla.
El gallo anuncia la hora
y el final de la batalla,
no debe verlas la aurora.
Ya se marchan sigilosas,
arrastrando aturdimiento,
inmundicias y molestias.
Ya se esconden recelosas
en su hogar, cueva o convento
las mancebas de la Bestia.
A mis hermanas
Me hastía tanto lloro, ¡basta, hermanas!
La queja rancia el rostro y resta vida;
si la sabiduría peina canas
es más suave la piel en vieja herida.
Incendios prenden bocas veteranas,
y en lo oscuro la edad yace escondida.
Tuve y retuve gracia, verbo y fuego;
vuestra esencia arrugad, que yo me niego.
Carta imposible a doña Inés
Ay gatilla, si madre tuya fuera
si ahora viera la grana de tu cara
nombrándote mujer por vez primera,
cuántas cosas, pequeña, te contara
antes de verte ahogada en tu quimera
y la cruel realidad te devastara.
De este mundo del Hombre te hablaría,
donde ser mujer fuerte es una tara,
de la ingeniosa y lista nadie fía
y a la intuitiva ven como amenaza.
Compartiera contigo maestría
para sacar provecho de su raza.
Sabrías que ese ángel del amor
es lobo que de oveja se disfraza,
un semental, el Gran Depredador
letal, que despedaza sin lamento.
La llama de su fiebre es tu rubor,
y aunque hoy su alma redime con tu aliento,
tu regazo es su altar y tú su diosa,
mañana su fervor volará el viento,
tu candor se irá al fondo de una fosa
y tu templo vendrá a ser su burdel.
Serías mi cachorra poderosa,
ilustrada en el Arte de la Piel,
dueña de tu albedrío y tu cordura,
diestra para encarnar cualquier papel.
Pero no soy tu madre, criatura,
tu lobo ofrece un precio muy sensato,
y mal pago le dan al que otros cuida.
Así que, sin dudar, acepto el trato;
mi conciencia, si existe, ya te olvida.
Aprende, cae de pie como hace el gato,
en sus fauces te dejo, así es la vida.
POEMAS DE AMINTA (Y DE MARTA)
Marta Toba
Tercetos encadenados
Ultrajada ante él, mi
mente huye.
¡Quisiera
reencontrarlo, destrozado!
Pero es sólo el deseo
que construye
su cuerpo, en mi cuerpo
cabalgado.
Quisiera que llegase ya
un mañana,
que me llevase lejos, a
otro lado
donde nadie me enrede,
cual liana
que se abraza en el
cuerpo derruído.
No me dejéis atrás, con
tal desgana,
con este corazón recién
cosido.
No me dejéis tan sola
que parezca
que nunca äntes nadie
me ha querido.
Quisiera desearme que
esto crezca
que crezca este dolor
que me atenaza
que muy grande se haga,
que florezca
que sea ya, por fin!
inmensa maza
que golpea con furia a
ese cruel hombre
que con su desamor nos
amenaza.
Yo ni siquiera quiero
oír su nombre.
Yo ni siquiera quiero
ver su faz.
Yo tan solo querría que
me alfombre
con un manto sutil de eterna paz.
Quintilla
Mi boda será en un mes,
ya está todo preparado,
y aunque yo siento que él es
Para el futúro, mi amado...
siento mi alma al revés.
ya está todo preparado,
y aunque yo siento que él es
Para el futúro, mi amado...
siento mi alma al revés.
Soneto
Catorce versos son los que yo quiero,
Se diría sencillo! más no es.
Son preguntas? Respuestas? Y después?
Qué hago con este puzzle lastimero?
Podría hablar de amor, o que me muero
al llegar a Alcalá en este mes,
en el que las cigüeñas, del revés,
golpean con sus picos el acero
que imagino que sienten... oh mi cielo!
Se me fue la cabeza otra vez.
Si va a tener razón "hombre de hielo",
No es buena para mí tanta blandez.
Me tendré que arriesgar, hacerle el duelo
A la "Marta amorosa". Oh pardiez!
POEMA DE TISBEA
Rebeka Biguria
Sonet-ismo
Cada vez que te pienso, te dibujo
diferente,y a veces, ni tú mismo
pareces, y asomarme en tal abismo
me provoca ser presa de tu embrujo.
Ya mis labios sorbieron de tu orujo
embriagador. Placer, liberalismo
consumado es. Isla fui, ya ïsmo
de tu ser, soy aquí; por ello pujo,
no sin temor de arder en mismo fuego
abrasador. Sí, ése, que alenté
con hombres por doquier, siendo ün
juego
juvenil. Ya su fin, a Dios juré,
y al Cielo porfié belleza en ego.
Tómala, ya matad a lo que fue.
POEMAS DE SGANARELLE
Condena a dos
Cuan vil y fiero, a veces, el destino
a perpetuas prisiones nos aprieta,
que en cayendo en las redes de un chuleta
el castigo se torna en alcalino.
Un secreto es moneda de mi sino,
un silencio la deuda de mi dieta,
un saber desgraciado me decreta
como esclavo de un monstruo viperino.
¿Cómo quebrar la cárcel que me apura
sufriendo un centinela ducho y diestro?
¡Ya mi pesar me lleva a desventura!
Mas, si en fortuna aplico mi tortura
vendrá del carcelero un buen maestro,
siempre que alcance a ver su sepultura.
Cuan vil y fiero, a veces, el destino
a perpetuas prisiones nos aprieta,
que en cayendo en las redes de un chuleta
el castigo se torna en alcalino.
Un secreto es moneda de mi sino,
un silencio la deuda de mi dieta,
un saber desgraciado me decreta
como esclavo de un monstruo viperino.
¿Cómo quebrar la cárcel que me apura
sufriendo un centinela ducho y diestro?
¡Ya mi pesar me lleva a desventura!
Mas, si en fortuna aplico mi tortura
vendrá del carcelero un buen maestro,
siempre que alcance a ver su sepultura.
Quintilla del aseo
Si en finando una semana
no he cumplido con destreza
ofrendas a San Limpieza,
llega el diablo palancana
y me dice: ¡Reza! ¡Reza!
Esperanza
Imperio de sentimientos
vela el febril parpadeo,
que en cegando mejor veo
alma, suspiros, lamentos...
Cálido y fresco es tu aliento,
de mis sueños blanda cuna.
No ansío mayor fortuna
que ser tu emperador fiel,
y nadar bajo esta piel
entre mi sol y tu luna.
Sastrería fina
¿Cual es la mengua peor?
El valor
¿Qué cedería entereza?
La firmeza
¿Qué mejora el carruaje?
El coraje
Quisiera estrenar un traje
que realce mi embestidura
y que tenga por textura:
Valor, firmeza y coraje.
POEMAS DE FABIA
Mariel Peralta
F-A-B-I-A
Quiero contar mi historia en un soneto
pero nunca lo he hecho y yo recelo,
de si contar la vida es desconsuelo
o si mirar atrás es de respeto.
Fabia todos me llaman y en secreto
quiero tener un nombre con más vuelo,
que Don Lope de Vega estudiantuelo
muy borracho me dió ëste incompleto.
Fabiola es de hermosura y más altura,
me diera gran placer poder lucirlo;
más con obstinación se negó el cura.
Mi escritor se empeñó en disminuïrlo
y yo, lo llevaré a la sepultura,
con desprecio, con rábia y sin
decirlo.
Rubores
Mirando al espejo un día
descubrí con sumo placer,
que en mis mejillas tenía
gran poder que conocía,
cómo a Don Juan satisfacer.
POEMA DEL DON JUAN DE TIRSO
Eduardo “La Piñera”
Soneto que te espeto
Dios triste y agotado, decidida
tienes en tu haber mi amada muerte.
Decidido voy yo a desearte suerte,
no te lo tomes como despedida
Queda algo todavía de esta partida.
Has de saber entonces, me divierte
saber acometerte, compadecerte
debiéramos poder; no en esta vida.
Pusiste unas mentiras como normas.
Pondré mi espada alta para no ver
el sol que ciega almas de famélicos.
Que están vacíos dentro, guardan
formas.
Yo no guardaré nada, para tu ser.
Ahora, nuestra guerra. Yo el más
bélico.
SONETO
Luis Mottola
Un soneto me
manda hacer el tato
cual si uno
fuera Mottola y Argote.
Aunque fuera
yo dueño de tal soneto,
componer
versos no es cuestión de un rato.
En la rima se
encaja la poesía
y en el ritmo
se encaja la canción
y,si en un
mueble encajara un buen cajón,
da capo al
Tato allí lo meteria.
No hay terceto
que crezca en mi cabeza
ni cuarteto
que aparezca en mi razón:
no hay soneto
si no meto cerveza
por muy mucho
que le ponga corazón
amarillo,colorado
o cereza.
El soneto es
misterioso, como yo!
CANCIONERO DE MATHURINE
Mar Maroto
Presentación: Á. mi maestro
Un soneto me manda hacer Tatuno,
que en mi vida me he visto en tal
aprieto.
Temo mi cancionero será escueto,
mas, soneto, he de hacer al menos uno…
Por si rimas y métrica no acuno,
en el Rastro he comprado un amuleto;
oculta invocación haré en secreto
si no se me ocurriese algo oportuno.
Con afán de pupila a ello me entrego,
pero sigo más bien sin ver la luz.
Paro un rato y lo dejo para luego.
Sin que mínima poesía a mí me tope,
acabo el ejercicio. ¡Ay, qué cruz!
¡Cómo me gustaría estar con Lope!
Amor sin belleza
Si otorgada yo fuera de belleza
mi vida sin amor no hubiera sido,
pues no se viera nunca que Cupido
olvidara a las bellas por pereza.
Si el amor no adornado no es nobleza,
ni suficiente es serlo sentido:
¿Por qué sin beneplácito he sido
herida y arrastrada en su flaqueza?
Castigo inmerecido a mi querer
recibo de su mano con crueldad
sin su correspondencia merecer.
Por no ser agraciada de beldad
marchita primavera he de tener
condenada a vivir en soledad.
POEMAS DE DON JUAN
Y UN POEMA DE TISBEA
Albano Matos
Soneto a mi conciencia
Mal sueño que
interrumpes por la noche
la paz de mi
descanso, frecuentas
mi tranquilo
letargo con afrentas
y gritas al
silencio su reproche.
Aléjate, no
arruines mi desmoche
Que son ellas
culpables de mis tientas
pues me seducen
todas las parientas
y no puedo
evitar mi alto derroche.
Así que vete
lejos, trae buen sueño,
que mi conciencia
está muy sosegada,
sin culpas ni
desdén. Yo soy mi dueño.
Y matar quiero
hoy esta almohada
que mañana
otras damas me desdeño
con empeño en
mi fe acorazada.
A mi querida Tisbea
No intente buscar el fallo
De sus pecados impúdicos
En los laberintos lúdicos
Del que, amor, me hace vasallo.
Que sólo lancé el trasmallo
A su océano marchito
Para que el grito inaudito,
De este noble polizón,
Inunde su corazón
Y le lleve al infinito.
Carta a don Juan
Escríbole, pasados unos años,
pues creo que es deber y obligación
hablarle de las causas de su engaño.
Su marcha me dejó gran frustración
y con sangre juré vengar mi honor;
más por amor a usted cesé mi acción.
Engañada y burlada, mi señor,
volví a mi labor diaria en el huerto
procurando evitar todo rumor.
El otoño llenó mi cuerpo muerto
con prolongadas nauseas de embarazo,
fruto de nuestro encuentro en aquel puerto.
Ya sabe la verdad de mi secreto,
Al que hice llamar como vos, Juan.
Más no quiero ponerlo en un aprieto...
Siga su embusta vida de donjuán.
POEMAS DE DON JUAN DE TIRSO
Iván Mínguez
Doña Inés
Quién te ha dado permiso de alojarte,
como única inquilina de mi mente?
Ladrona de mi sueño, omnipresente
¿quién tuvo la osadía de nombrarte?
Lanzaste un maleficio con tal arte;
antídoto de vicios tan potente,
que el salto al precipicio suavemente,
sería solución para olvidarte.
Dios con su Angel de amor me ha
condenado.
Y no me reconozco cuando pienso
que daría la vida por tu boca.
Mi calma y libertad has cercenado,
la falta de tu risa no compenso,
la esencia de mi alma has vuelto loca.
Soneto
A riesgo de insolente parecerte,
no puedo más que estar decepcionado
si pienso en la belleza que está al lado
de aquel que es incapaz de a ti quererte.
Prefiero perecer antes que verte
dar tu mirada a precio regalado
y ni uno de tus besos malgastado
en labios que no pueden merecerte.
Llevado por mi sino a este lugar
yo juro por mi honor que me acompañas,
que nunca más tendrás que madrugar;
sacarte de este barrio de alimañas,
llevarte con mi barco a navegar,
¡vos reina de los mares y montañas!
POEMARIO DE DOÑA INÉS
Camino Rodero
Mala Meiga (décima)
Sé que Lucifér
te escucha,
son tus
palabras de ortiga,
propias de
implacable meiga,
con las que
has colmado tu hucha.
Levanta ya la
capucha
de fiel madre
cuidadora.
Ya no serás
confesora,
ni mi confuso
sereno.
Desvía amargo
veneno,
mala Brígida
traidora.
Hasta cuando (soneto)
Febril
desasosiego en yegua herrada,
cuento noches
de látigo por miles,
carne marcada
a fuego de candiles,
consuelo de mi
boca silenciada
Como dulce
amazona desmontada,
me desprendí
de salmos infantiles,
para
encontrarme presa de fusiles,
sin poder
iniciar esta cruzada.
Son tuyos mis
soportes, este lecho
vacío por
ausencia marinera.
Hoy soy caza
mayor de tu rececho
Ya coloco tu
flecha de bandera
Dejo esta mi
alma arada en tu barbecho.
¿Hasta cuando
mi amor quedo en espera?
Cartica de
amor inocente (tercetos encadenados)
No te he visto
llegar,¿estás cercano?.
Mi palabra se
lengua, se me traba,
me sonroja el
temblor torpe de mano
Este amor no
pensé que se fraguaba...
¡Estas
rodillas antes sostenían!
¡Mi pecho
desbocado no saltaba!
Los ojos al
mirarte no ardían...
¡Ay madre! cada
vez que me acaricias,
¡Estos labios
comerte ya querrían!
Ven, corre,
llega, ¡grito tus albricias!
son tus ojos,
tus manos,¿quizá el pelo?
¡Decidida me
voy a hacer milicias!
a aprender a
reptar por tu subsuelo.
Un poco te
idealizo estoy de acuerdo,
pero yo si
hace falta, por ti, vuelo,
que si tu no
me quieres,yo,me pierdo
Que no (seguidilla castellana)
Que no era
para ti,
¡Que no te
beso!.
Desvía ya la
intención,
¡Que no eres
dueño!
Huérfana me
siento (cuarteta)
De mi padre
abandonada,
cómo duele
este convento.
De santa jaula
colmada,
hoy voy
huérfana del viento.
¿Jugamos? (quintilla)
Propongo jugar
con fuego,
tú te quemas,
yo te calmo,
yo me
calmo, tú sin ego.
¿Ya lo sabes o
aun vas ciego?
Sigue el
juego, me desalmo.
DON JUAN
Álvaro Tato (De Cara máscara, 2007)
La última Señora
me enamora.
No la primera,
ojos de pan,
piernas de enredadera.
No la más bella,
ojos de miel,
pezones de grosella.
No la más buena,
ojos de azúcar,
sexo de azucena.
Sí la postrera,
ojos de sal,
labios de cera;
la última Señora
me enamora.