Incluimos aquí tres pasajes de los textos originales de J. (Variaciones sobre Don Juan) como muestra de la dramaturgia que va hilvanando las escenas adaptadas de las principales versiones dramáticas del mito.
(Texto: Álvaro Tato, sobre idea original de Yayo Cáceres y Á. Tato.)
Fragmento escena I
Ciego. Noble pueblo de Alcalá,
pues mis ojos no te ven
pido que tengas a bien
ser gentil con quien te da
sonrisas por tu desdén.
Pues la suerte viene y va
y a Alcalá llaman Edén,
sé generosa con quien
no puede ver Alcalá.
Pues
jueces y gobernantes
dictan
su justicia ciega
y es ciego el amor que llega
al pecho de los amantes,
ciego quedo yo en los bares
y el ciego amor me atormenta:
tengo el alma más sedienta
de todo Alcalá de Henares.
Noble pueblo alcalaíno,
observa mi triste trance:
ser ciego como el destino.
Que un alma noble me alcance
queso, aceite, pan y vino,
y seguiré mi camino
tras cantaros un romance.
(Canta el ROMANCE POPULAR DEL CONVIDADO DE PIEDRA.)
Mujer 1. ¿Quién será este ciego errante?
Mujer 2. Esa voz...
Mujer 3. Esa altivez...
Mujer 4. Ese talante...
Mujer 1. ¡Pardiez!
¡Sé quién es!
Ciego. Parto al instante.
Mujer 2. ¿No eras del señor don Juan
el criado
Sganarelle?
Ciego. No, señora.
Mujer 3. Sí
que es él.
Ciego. Me voy o me lincharán.
Mujer 4. ¿No eres tú Catalinón,
el lacayo de
don Juan?
Ciego. No, por Dios.
Mujer 1. Mientes, truhán.
Mujer 2. Habla o pide confesión.
Mujer 3. Que no es ciego bien se ve.
Ciego. ¡Milagro, de pronto veo!
Ir a la
iglesia deseo
para rezar
por mi fe.
Mujer 4. ¡A todos nos ha burlado!
Mujer 1. Hoy mismo serás ahorcado
a menos de
que...
Ciego. ¿De qué?
Mujer 2. De que nos cuentes ahora
la historia
de aquel señor
de quien
fuiste servidor
hasta su
postrera hora.
Mujer 3. ¿Fue su alma perdonada?
Mujer 4. ¿Fue arrastrado a los Infiernos?
Mujer 1. ¿A cuántos puso los cuernos?
Mujer 2. ¿A cuántas clavó su espada?
Ciego. ¡Cuán largo me lo fiáis!
Está bien,
tenéis razón.
Os contaré mi
versión
si luego en
paz me dejáis.
Me llamo
Catalinón
y aunque he
cambiado de nombre,
o Ciutti o
Sganarelle,
sabed que fui
siempre fiel
al capricho
de aquel hombre.
El gran Tirso
hizo nacer
al Burlador
de Sevilla;
después lo
escribió Molière
y por último
Zorrilla;
los tres
quisieron tejer
una historia
parecida,
mas para
entender la vida
de mi amo es
menester
escuchar las
tres unidas,
pues don Juan
también burló
a quien buscó
su verdad.
Tomad
asiento, escuchad
y os diré lo
que sé yo.
Mas... ¿qué
sabéis de don Juan?
Mujer 3. Rumores...
Mujer 4. Mitos...
Mujer 1. Cantares...
Mujer 2. Voces que vienen y van
por todo Alcalá de Henares.
Fragmento escena II
que
afear al de Molière:
os debo
reconocer
que el de Molière está en prosa.
Fragmento escena IV
Fabia. Hermanas, las doce dan.
Brígida. Ya las doce dan, hermanas.
Celestina. Ya redoblan las campanas
por el alma
de don Juan.
Fabia. En un punto me da pena
cortar un
hilo tan fuerte.
Brígida. Él mismo tejió su suerte
y su muerte y
su condena.
Celestina. Él se enredó en la madeja,
él se clavó
las agujas;
que nadie
culpe a estas brujas
que se están
quedando viejas.
Fabia. Él mismo es el Burlador
que se ha burlado a sí mismo
arrojándose al abismo
de su escondido temor.
Brígida. Bien dices.
Fabia. Decirlo puedo
porque en este mundo es
normal que estemos las tres
acostumbradas al miedo.
Celestina. Nos teme su majestad,
la aristocracia y el clero
y todo el Imperio entero
teme nuestra libertad.
Brígida. Putas, brujas, alcahuetas...
Cada cual tiene un vocablo,
pero en nuestro gran retablo
los hombres son marionetas,
porque aunque nadie nos nombra
todos temen el poder
de ser libre y ser mujer
agazapada en la sombra.
Fabia. Tienes razón.
Celestina. Eso es cierto.
Fabia. Debemos irnos, hermanas;
oigo campanas
lejanas